WWF presenta una guía para salvar las 'pendientes de biodiversidad' de los olivares de montaña
A salvo y preparado (UNESCO, 2014) se compone de tres guías que presentan conceptos, ejercicios y buenas prácticas en materia de preparación y respuesta ante los desastres, cuyos destinatarios son los alumnos de 11 a 18 años, los docentes y sus padres. La idea fundamental es que una preparación para casos de desastre y un fomento de la resiliencia sólo son posibles cuando participa toda la comunidad educativa, y que esta participación puede ser muy eficaz si se anima a los alumnos a que se involucren activamente en las actividades.
La Guía del alumno se presenta en forma de cómic y en ella se relata la historia de una niña que ha perdido una pierna en un tsunami. Lo vivido la anima a aprender todo lo posible sobre el riesgo de desastres, la preparación para afrontarlos y la resiliencia. En su afán por compartir sus conocimientos con sus compañeros en la escuela a la que asiste, les ofrece una charla titulada “Sé consciente de los riesgos, prepárate, sé resistente”.
La Guía del alumno consta de tres partes: en la primera se presenta la charla de la niña sobre conceptos básicos relacionados con los desastres. En la segunda parte, se examinan las consecuencias psicosociales de los desastres. Por último, en la tercera parte, se presentan varias actividades de reducción del riesgo de desastres que los alumnos pueden llevar a cabo en la escuela, su casa o la comunidad. Al final de la Guía del alumno figura una lista para avaluar sus conocimientos y competencias relacionados con este tema.
La Guía para docentes se estructura en torno a los cuatro pasos necesarios para convertirse en un educador para la reducción del riesgo de desastres. En la primera parte, se explica por qué se debe integrar en la actividad docente el aprendizaje sobre la reducción del riesgo de desastres, y se describen brevemente algunos conceptos básicos que facilitan el aprendizaje relativo a la reducción de estos riesgos.
En el segundo apartado, se proponen ideas para practicar este tipo de aprendizaje en la clase, con otros profesores, con los padres de los alumnos y con otros miembros de la comunidad, así como por medio de actividades complementarias y extracurriculares. En la tercera parte, se examina más detalladamente cómo contribuir a que la escuela sea un lugar más seguro. Por último, la cuarta sección se centra en el modo en que el profesor puede ayudar a la recuperación psicosocial de sus alumnos después de un desastre. Al final de la guía se recopilan diversos recursos y unas pruebas de evaluación que pueden ayudar a superar los problemas que se le plantean al educador como facilitador del aprendizaje en ese ámbito.
En la Guía para padres se proponen medidas para hacer frente a los desastre en el plano familiar e ideas para que los padres puedan colaborar con la escuela de sus hijos y con la comunidad para mejorar la preparación y la respuesta ante ellos. También se aborda en esta guía el bienestar psicosocial de los niños y se describen, de forma resumida, varios ejercicios que los padres pueden realizar para ayudar a la recuperación emocional de sus hijos después de un desastre.
Tanto la Guía para docentes como la Guía para padres se conciben con la finalidad de apoyar las actividades que se describen en la Guía del alumno.
Fuente: CENEAM
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