Un caimán, convertido en feroz dragón por la leyenda,
habitaba en el cauce del río Turia atemorizando a las gentes que por allí se
acercaban, sin que nadie pudiera hacerle frente, hasta que un joven salió a su
encuentro utilizando la astucia como aliada. Dotado con una armadura revestida
de espejuelos logró inmovilizarlo al verse sorprendido el animal por la
luminosidad que tal figura desprendía y, de un golpe certero, lo mató. Desde
entonces está expuesto en el vestíbulo de una iglesia de Valencia.
¿Sabes en qué iglesia se encuentra?
Envíame hoy tu contestación bien a la plataforma bien al correo electrónico: vozvedruna@hotmail.com
La solución al enigma de ayer: El quetzal.
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