Cada vez que una prenda se lava hasta 700.000 fibras microscópicas llegan a los océanos, son tragadas por la vida marina y se incorporan a la cadena alimenticia, pudiendo terminar en nuestros platos. Un estudio de Institution of Mechanical Engineers (organización internacional con más de 120.000 miembros en 140 países) destaca que un 35 por ciento de los microplásticos liberados en los océanos de todo el mundo proceden de textiles sintéticos.
El informe recalca que el cuidado de la ropa produce una huella de carbono que hay que tener en cuenta y recomienda lavar la ropa a una temperatura baja, usar bolsas de malla para colar hilos, usar poco la secadora e instalar filtros en las tuberías de desagüe de la lavadora.
El estudio Engineering Out Fashion Waste también destaca hasta qué punto la moda es una industria que contribuye significativamente a la contaminación del agua en todo el mundo. También consume mucha energía y produjo 1.200 millones de toneladas de CO2 equivalente (CO2e) en 2015: más emisiones que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados.
Institution of Mechanical Engineers exige una acción urgente para paliar el problema de los residuos producidos durante el ciclo de vida de una prenda de vestir. Esto incluye abordar los procesos de uso intensivo de agua durante su fabricación, como eliminar los colorantes en exceso, y abordar la eliminación de una prenda al final de su vida útil. Tres quintos partes de toda la ropa producida se envía a un vertedero o se incinera en el plazo de un año a partir de su fabricación.
Los autores del informe indican que "tenemos que incidir en las iniciativas existentes de la industria y, fundamentalmente, reconsiderar la forma en que se fabrica la ropa y las fibras que se utilizan. Las prendas se deben confeccionar de manera que no se deshagan en las costuras y puedan reciclarse después de haber sido usadas durante muchos años. Las telas deben diseñarse para no desprender microfibras cuando se lavan y la industria hacer más eficiente el proceso de corte, ya que actualmente se desechan cada año 60.000 millones m2 de material de corte procedente de las fábricas de confección".
La Jefe de Ingeniería de Institution of Mechanical Engineers concluye que "la industria del vestido es una de las muchas industrias que tiene un triple impacto ambiental debido a sus emisiones contaminantes al aire y al agua y las grandes cantidades de desechos que genera, destinados tanto a vertederos como a la incineración". "Dado que se estima que se fabrican 20 prendas nuevas por persona cada año y que los consumidores compran un 60% más que en 2000, estas implicaciones ambientales deben abordarse como una cuestión urgente".
Información: Estudio Engineering Out Fashion Waste
Fuente: CENEAM
No hay comentarios:
Publicar un comentario