Kahala
Kahala se sentía impotente; Tanto ella como su madre sabían que cuando su padre decía que no a alguna cosa era que no. Probablemente, lo que más sentía era que su padre no tenía motivos lógicos para negarse de forma tan rotunda.
Todo había empezado porque Kahala (una chica Somalí de 16 años) escuchó a otras niñas del poblado que una mujer llegó a ser diputada del gobierno- ¡Ostras! Esa mujer sí que tuvo que estudiar y aprender muchas cosas-pensó Kahala. Y estaba segura de que sus padres querrían que fuese a la escuela. Su madre, Lwei, le apoyaba. Ella pudo estudiar cuando era pequeña porque sus padres tenían dinero, pero una crisis petrolífera le impidió seguir estudiando-o algo así le había contado su abuela-. Sin embargo Lwei se casó con un pescador que era muy cerrado de mente.
Kahala se sentía muy desgraciada .A ella le daba mucha pena como las mujeres tenían menos derechos y como las trataban los hombres. Quería cambiarlo. Podía llegar a entender que era porque tenían una familia muy grande y tendrían que trabajar; pero su hermano Akinwumi, hacía poco que se había casado y además ya no hacía falta que todos trabajasen tanto; porque su padre ¡había comprado una máquina mágica que recogía el trigo!
Su abuelo paterno, Djadi, era el más “mente-cerrada”(así les gustaba llamarles a Kahala y a su hermana Nassouomi, que como era la que más se le acercaba en edad, le comprendía y le daba consejos.)
Al padre de Kahala (Nguanar) –al principio- no le parecía tan mala idea pero enseguida, su abuelo Djadi, le convenció de lo contrario.
Así que, cuando Kahala fue sonriente a contarle a su padre que quería ir al colegio se topó con su hermana Nassouomi, quien le había comentado que sería mejor decirlo “públicamente” en la comida, lo que le pareció una idea estupenda.
A Kahala le costó mucho trabajo aguantarse. Lwei había estado toda la mañana cocinando; de lo nerviosa que estaba casi rompe la jarra cuando le mandaron a por agua al pozo; gracias a Dios que la cogió al vuelo.
Cuando, por fin tuvo oportunidad de decirlo, su padre le había dicho que no, pero no un no pequeñito sino un NO rotundo. Parecía que todo el mundo iba en contra suya así que había decidido irse a pasear para que le diese el aire y su padre optó por lo mismo pero por caminos opuestos.
Nguanar fue a la ciudad y allí vio como unos empresarios se estaban aprovechando de la ignorancia de una señora. Le habían dicho que el contrato había caducado porque llovía por la noche. La pobre señora se fue llorando.
De este modo tan desagradable Nguanar se dio cuenta de que la educación tenía que llegar a todo el mundo. Así que cuando llegó a su casa le dijo
Prepárate-Kahala tembló-mañana vas al colegio.
Autor: Quico Carmona Monfort. 4t d'ESO
Hui, Dia Mundial contra l'esclavitut infantil,:
La lucha que comenzó un día como hoy hace 16 años el pequeño Iqbal Masih; Japón dice que 28 'héroes' de Fukushima han recibido altas dosis de radiación; Estabilizar los reactores de la central de Fukushima llevará dos o tres meses; La UE difunde la lista de localidades que incumplieron la ley de depuración de aguas; Presumamos de bosques; Sons de la natura: “El mundo en un pasaporte”; La erupción que creó una caldera en la Antártida; El lenguaje nació en África; Los dinosaurios más grandes de la historia llegan a Nueva York; Un asteroide pasa junto a la Tierra; El telescopio robótico de Tenerife podrá utilizarse libremente desde Internet; El fotógrafo que persigue a las estrellas; La vacuna Pandemrix deberá advertir de su posible relación con la narcolepsia; Els espanyols “Diez veces más mercurio en la sangre que los alemanes”; Células madre, una promesa contra la diabetes; Hospital General de València: “El hospital de los intocables”; i Brócoli, el alimento milagro.
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