Quedarse dormido al lado de un Tiranosaurio rex, o con tiburones blancos merodeando alrededor, suena a aventura de película, pero es posible. Algunos museos abren sus puertas toda la noche para que pequeños y grandes puedan acampar en ellos. Los que tienen pesadillas, que no se preocupen, siempre pueden colocar su esterilla y su saco en el pasillo de las inofensivas mariposas o los inertes y brillantes minerales.
Soñar con los dinosaurios
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